El Instituto tiene como finalidad, la acogida de la mujer en situación de vulnerabilidad, concretamente, en el momento inicial, la mujer esclava de la prostitución, y también la educación humana y cristiana de niños y jóvenes, además de orar por la Iglesia.
El servicio a la mujer marginada, predilecta a los ojos de Dios y de nuestra Fundadora, es lo que da carácter propio a nuestra Congregación: liberar y promocionar a la mujer, víctima de cualquier situación que la esclavice (prostitución, alcoholismo, desamparo…). Nuestra razón de ser es buscar su recuperación integral y su dignidad, desde el respeto a su cultura, religión o clase social; acogerlas en nuestras casas y ofrecerles todos los recursos a nuestro alcance para su rehabilitación.
Lo que mueve a Esperanza a fundar la congregación, es la situación de marginación en que vive la mujer del siglo XIX, pero se da cuenta de que es mejor prevenir que curar, y confía a sus religiosas la labor de la educación cristiana de niñas y jóvenes. Elevar el nivel cultural y dar una sólida formación integral, evita la principal fuente de pobreza.
Para dar respuesta a esta misión, que compartimos con los laicos, la Congregación cuenta con Centros Residenciales de atención al Menor, casas de Acogida para mujeres en situación de desamparo, Centros educativos y Residencias-Internados.